Condiciones excepcionales para impulsar la lucha por el Socialismo

Por CS de Combate, PG y FAR, integrantes del Frente Anticapitalista por el Socialismo 
No hay que ser erudito, lúcido, ni tener la bola de cristal para evidenciar que la lucha por la aparición con vida de Santiago Maldonado es la expresión gráfica de la escalada en el conflicto político y social que nos es ni más ni menos que la lucha de clases. Y que la tendencia es a que la misma continúe incrementándose producto de la necesidad de la burguesía de descargar la crisis sobre los explotados, y la respuesta del pueblo trabajador profundizando las luchas en cantidad y radicalidad. Lo que está en juego es como orientar esas luchas.

Desde que explotó la multitudinaria movilización nacional por Santiago, las luchas comenzaron a tener un carácter de mayor dureza que en la anterior coyuntura, por eso hubo una seguidilla de tomas protagonizadas por los obreros de Cresta Roja, los mineros de Río Turbio y los estudiantes secundarios de la Ciudad de Buenos Aires. La radicalización es consecuencia de un salto en el nivel de enfrentamiento entre los de arriba y los de abajo.

En ese contexto sólo hay dos opciones: por un lado la disputa entre las organizaciones dentro del régimen capitalista, lo cual solamente define quien administra y distribuye las ganancias de la burguesía y del otro lado quienes intentamos construir una sociedad socialista, única salida a para terminar con las injusticias, para lo cual no solo hacemos propaganda de esta perspectiva sino que impulsamos la construcción y el desarrollo de los órganos de poder obrero y popular que harán falta para poner en pie el estado proletario.

Esto significa, que a diferencia de las organizaciones socialdemocratizadas que actúan como consejeros de izquierda de la burocracia sindical y los partidos del sistema, empujamos con todo el desborde de los podridos cuerpos orgánicos de las conducciones sindicales traidoras y las instituciones que sostienen al sistema capitalista en el marco del régimen democrático burgués en crisis. Para eso, entre otras consignas, proponemos las Asambleas Obreras y Populares, las Coordinadoras y la Comisión Investigadora Independiente en el caso de Santiago.

Aclarado esto, la agenda política impulsada desde el gobierno y de sus medios de comunicación plantean un fortalecimiento de Cambiemos producto del resultado electoral y de una supuesta reactivación de la economía que implica la salida definitiva del estancamiento y un crecimiento ininterrumpido por 20 años. Se habla de la reelección de Macri, cuando hasta antes de las PASO lo que lo que estaba en duda era si terminaba el mandato.

Sin embargo, asistimos a una profunda crisis económica, política y social, que tiene como respuesta movilizaciones masivas contra el gobierno, que nos exige un análisis profundo de la realidad para aportar desde la ideología obrera una intervención que parta de la independencia política, es decir, ser firmes en la lucha contra el oportunismo que no hace más que fortalecer o legitimar a una u otra opción burguesa.

Desde esa total y absoluta independencia política y enfrentando con dureza al oportunismo que pretende transformarse en el “ala izquierda” del kirchnerismo en su época de mayor decadencia, planteamos la necesidad de que la clase trabajadora y el pueblo asuman como propia la lucha para Echar al Gobierno de Macri y acabar con su Plan de Ajuste, Saqueo y Represión, organizando para eso una Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados que se apoye en las Asambleas Obreras y Populares. 

El balance de las PASO

Si bien en las PASO la coalición de gobierno fue la que más votos sacó a nivel nacional y ganó en provincias en las que históricamente dominaba el peronismo, una visión más exhaustiva muestra que la expresión del voto fue CONTRA el kirchnerismo y los oficialismos del PJ en las provincias, y NO por la adscripción a Cambiemos. En ese sentido, Macri y los medios aprovecharon el resultado de las PASO para promocionar un rotundo triunfo y el consecuente fortalecimiento de la coalición de gobierno. Pero en realidad, el partido del ejecutivo sacó 4,6 millones menos de votos que en el balotaje del 2015 y 7,5 de cada 10 personas no lo votaron. Es decir, del padrón real (y no sólo de los que fueron a votar) el gobierno sacó el 25 %.

Pero el dato más destacado es la crisis del PJ. El 2001 se llevó puesto a la UCR. Dieciséis años después la duda es la supervivencia del otro partido “popular” fundado por Perón. Y si bien Cristina terminó ganando por apenas 20 mil votos en provincia de BS. As, en los hechos el FPV no existe más en la escena política.  La caída en picada del peronismo, que arrastra en su debacle a la burocracia sindical es una noticia excelente para la izquierda consecuente, que tiene la posibilidad histórica de construir una nueva dirección obrera clasista, combativa y democrática.

Por otro lado, si hay algo que caracterizó el proceso pre electoral fue la apatía de un porcentaje importante del electorado. Alrededor de un 30 % se definió al momento de votar. Esto confirma lo que venimos diciendo: hay un deterioro de los partidos tradicionales que expresa una crisis institucional y política. Eso no quiere decir que haya un avance proporcional en el desarrollo de la conciencia clasista, pero nos deja en mejores condiciones para desenmascarar la farsa electoral y al Estado como herramienta de la burguesía para explotar a los trabajadores.

Crisis económica

Desde que asumió el gobierno, Macri expresó que producto de la salida del “cepo”, del arreglo con los buitres y de “hacer bien los deberes”, llegarían inversiones, reducirían el déficit fiscal, bajarían la inflación, etc. Esto se reforzó luego del triunfo de las PASO, cuando el “mercado” dio señales positivas. Sin embargo, ninguno de los problemas se ha solucionado. Producto de la lucha popular, el gobierno no ha podido ejecutar sobre el pueblo todo el ajuste que se propuso. Por eso pretenderá avanzar para luego de las elecciones de octubre con una reforma laboral, tributaria y previsional.

Como venimos diciendo desde estas páginas, la burguesía y su Estado necesitan hacer un ajuste igual o más profundo que el del 2001/2 cuando Duhalde/Lavagna salieron de la convertibilidad devaluando el peso y llevando el valor del salario a 1/3 de lo que valía. Así lo afirma Gustavo Burachik (economista de la Universidad Nacional del Sur) en una nota publicada en El Cronista (18/08) "basta repasar la historia del país para notar que dos factores deben converger para que se inicie una nueva fase expansiva. El primero es una licuación salarial en regla que eleve en el corto plazo la rentabilidad del capital (ver sobre esto la obra de Guillermo Vitelli). El segundo es la convergencia de este aumento de los márgenes de ganancia con una etapa expansiva del ciclo financiero mundial y/o de los precios de las materias primas”.

El gobierno pretende resolver el primer aspecto señalado (licuación salarial mediante) la reforma laboral similar a la que ejecutó Brasil, modificando los convenios laborales para una mayor flexibilización y precarización de las condiciones de trabajo, no sólo para reducir el costo, sino también para disciplinar a la clase obrera, terminado con la estabilidad laboral y muchos de los derechos conquistados durante décadas de luchas.  Desde el oficialismo, apoyándose en la burocracia sindical, ya han avanzado en ese sentido, destruyendo conquistas e imponiendo convenios flexibilizadores en Petroleros, SMATA y otros gremios.

El tema es que cómo dice el economista citado, la licuación salarial debe combinarse con una etapa expansiva del ciclo financiero mundial y/o de los precios de las materias primas, cosa que parece difícil en el marco de la continuidad (por lo menos en el mediano plazo) de la crisis internacional.
La crisis global, que golpeó con dureza al imperialismo yanqui y europeo, retrasó el crecimiento chino y terminó con la bonanza de los productores de comodities - como Argentina, Brasil y Venezuela - no se frenará rápidamente, ya que la relación de fuerzas no permite que los dueños del mundo impongan a corto o mediano plazo derrotas importantes al movimiento de masas, que les permitan recrear un nuevo ciclo de extracción brutal de la plusvalía para salir, aunque sea por un pequeño período, de la actual situación crítica.

Pero además, por más que se pueda bajar algo el costo laboral, la menor productividad relativa y la tendencia al proteccionismo (también como causa de la crisis internacional) hace imposible que la economía local pueda despegar. Prueba de ello es la decisión de EEUU, Europa y China de cerrar la compra de biodiesel argentino. Al respecto Marcelo Zlotogwiazda en Ámbito Financiero (25/08) expresó: “si le resulta complicado al sector más dinámico y competitivo de la economía que le queda al resto. Si el aceite de soja y el biodiesel se chocan con barreras, que le espera a la idea tan repetida por Macri de transformar al país de granero en supermercado del mundo”.

En el mismo artículo el autor señala que en los doce años del kirchnerismo y los 20 meses del gobierno macrista la tendencia fue y es a la primarización de la economía y no al desarrollo productivo. Y nosotros agregamos que es el papel que el imperialismo decidió en la división internacional del trabajo para nuestro país. Por otro lado, la caída de exportación de biodiesel agrava el crónico déficit comercial, que en los primeros siete meses del año marcó un record en la historia argentina siendo de u$s 3427,6, es el más elevado desde 1910 (Ámbito Financiero 28/08).

El otro déficit es el fiscal (8%), que sigue siendo uno de los principales aspectos sin resolver por lo que Macri tuvo que apurar sus ministros planteándoles: “si alguno no se preocupa por bajar el déficit, esto no va a andar”. Marcelo Bonelli (Clarín 1/09), explicita la situación desde una mirada del establishment: “no habrá inversiones abundantes en la Argentina mientras continúe el actual desequilibrio macroeconómico que genera atraso cambiario, altas tasas de interés, presión tributaria récord y un creciente -e insostenible en el largo plazo- endeudamiento”.

Ese endeudamiento es para cubrir el déficit gemelo. La toma de deuda desde que asumió el macrismo superó los u$s 100 mil millones, y el pago de intereses de este año será de 9 mil millones de dólares (Página 12, 29/08). Por eso luego de las elecciones está planteado reducir el déficit continuando con la quita de subsidios al gas, la energía y el transporte, además de la reforma laboral. Ambas medidas agravaran las pésimas actuales condiciones de vida. Queda claro que no hay posibilidad de poder lograr reformas progresivas para el pueblo dentro del régimen capitalista.

La lucha contra los tarifazos, el aumento de los precios en general y todas las medidas que el gobierno aplica y continuará aplicando de manera de contar con fondos para pagar la deuda externa, pone en el tapete la combinación entre consignas que vayan contra estas medidas, como ¡Abajo los tarifazos! ¡Aumentos de salarios reajustables con la inflación! ¡Control obrero y popular de los precios! ¡Expropiación de las empresas que aumentan precios y tarifas!, etc. con una consigna que continúa siendo central en función de la lucha por la Liberación Nacional y Social: ¡No al Pago de la fraudulenta Deuda Externa!

El proceso electoral, el pacto del ajuste y la represión

En este contexto, toda la burguesía y los medios intentan canalizar el descontento en el proceso electoral, polarizando entre el macrismo y el kirchnerismo. Sin embargo, independientemente del resultado, el gobierno va a seguir sin mayoría propia en ambas cámaras. Eso no le impedirá, como lo hizo en estos 20 meses de gestión, llegar a acuerdos con toda la oposición patronal para seguir descargando el ajuste sobre el pueblo. Lo mismo que hacen todos los gobernadores independientemente del partido al que pertenezcan, como lo demuestra Alicia Kirchner en Santa Cruz, en cuya provincia los docentes, estatales y jubilados vienen dando una dura pelea, con represión incluida, por aumento de salarios de y haberes jubilatorio.

El otro actor cómplice del ajuste es la burocracia sindical, que actúa como chaleco de fuerza para contener las luchas. La CGT que no pudo levantar la movilización del 22 de agosto porque hubiese sido un escándalo, ya anuncia que el paro mencionado se puede levantar. Las CTAs, están jugadas con el kirchnerismo pretendiendo orientar el descontento no para luchar, sino para acumular votos en su proyecto electoral. Esta actitud de todas las burocracias hace que se ganen el repudio de cada vez más sectores del pueblo trabajador.

En el marco de la crisis de las instituciones capitalistas - justicia, poder ejecutivo, la policía, etc., - tanto Cristina como Macri apostaron a la reorganización de la Gendarmería para contar con una fuerza de choque menos comprometida con la “corrupción”, además de apoyarse en la otra “columna vertebral”: la burocracia. La movilización por Santiago y la radicalización de las luchas golpearon seriamente a estas instituciones, agravando la crisis del régimen, situación que debe ser aprovechada, levantando consignas que apunten a socavar la institucionalidad de la democracia burguesa, como la Comisión Investigadora o la ANT.

Queda en evidencia que gobierno, oposición patronal y burocracia sindical acuerdan en que la crisis se descargue el pueblo trabajador. Sin embargo, no les alcanza para contener las luchas actuales y las que se vendrán por lo que el gobierno nacional y los provinciales intensifican la represión - apoyándose en una estructura represiva endeble, que profundizó esta situación de dbilidad  con la crisis de la gendarmería “post Santiago” - como intento de frenar las luchas que damos desde los distintos sectores del pueblo. 

La detención de Santiago Jones Huala, la desaparición de Santiago Maldonado por parte de la gendarmería, con la presencia del jefe de gabinete del ministerio de seguridad Santiago Noceti en la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, en el departamento de Cushamen, provincia de Chubut, los 11 allanamientos simultáneos en la provincia de Córdoba y la represión y los 30 detenidos en la movilización del 1 de septiembre por la aparición con vida de Santiago, son una clara muestra de ello.
Entonces, si con el ajuste gradual que vienen ejecutando, el pueblo se manifiesta en movilizaciones masivas, el gobierno sabe bien que aplicar un ajuste más brusco como el que mencionamos más arriba, profundizará las luchas en masividad y radicalidad. Por eso necesita del aparato represivo del Estado para contener el conflicto social.  Frente a esto, los revolucionarios y luchadores más consecuentes deben combinar la lucha por la Comisión Investigadora Independiente y la ANT con el impulso audaz de los cada vez más necesarios piquetes de autodefensa obreros y populares.

Hay que disputarle la dirección del movimiento de masas al kirchnerismo

Las masivas movilizaciones del 1 de septiembre por la aparición con vida de Santiago Maldonado en todo el país, con más de 250 mil participantes sólo en Buenos Aires, son muestras del actual estado de la lucha de clases. A esto se debe sumar, el consenso generalizado de los docentes de plantear el tema en las escuelas responsabilizando a la gendarmería, que tuvo como respuesta una brutal campaña mediática pretendiendo estigmatizar a los educadores.

Sin embargo, el kirchnerismo pretende apropiarse de ese reclamo de forma oportunista en el marco de las elecciones y no de forma genuina. Decimos esto porque fue el gobierno que expandió exponencialmente la frontera agropecuaria expulsando a campesinos y pueblos originarios, aprobó la ley antiterrorista, reprimió las luchas donde hubo decenas de manifestantes asesinados, desapareció Julio López, puso a un genocida como Milani al frente del ejército, hoy preso por la desaparición de Ledo durante la dictadura militar, etc.

Además, en la actualidad, como gobierno de Santa Cruz, reprime a los trabajadores que luchan en esa provincia. Por eso, no participamos de actos con el kirchnerismo por la aparición con vida de Santiago Maldonado. Es necesario movilizarse de forma independiente, no para exigir a la justicia burguesa la resolución de caso (cosa que nunca va a hacer), sino para plantear y construir una Comisión Investigadora Independiente, único organismo que puede ir hasta el final.

En este contexto, de crisis política, económica y social, con un pueblo movilizado, y la tendencia a que se ahonde el conflicto, entendemos que quienes nos pretendemos revolucionarios debemos promover la profundización de las luchas e intervenir desde la independencia política, no sólo desde el discurso, sino también desde la acción directa. Y no hacer seguidismo del kirchnerismo, fuerza que procura utilizar los reclamos legítimos, no para enfrentar el ajuste, sino disputar electoralmente con el macrismo, sosteniendo el actual régimen social.

El impulso de la Asamblea Nacional de Trabajadores plantea - si se la lleva hasta las últimas consecuencias - la lucha implacable contra los enemigos de la autoorganización obrera y popular - los dirigentes del kirchnerismo y la burocracia sindical - que son los aliados fundamentales del gobierno y los monopolios a la hora de frenar las luchas y votarles las leyes que reclaman para avanzar con el Ajuste. 

En ese contexto, también es necesario enfrentar política e ideológicamente a las corrientes de izquierda que les capitulan a estos enemigos estratégicos: aquellos partidos que se construyen pura y exclusivamente al servicio de la obtención de bancas parlamentarias o actúan como aparatos de presión de la burocracia y el kirchnerismo, sin proponerse, salvo en la propaganda, la ruptura de estos diques de contención, única manera de abrirle el paso a la lucha por el Socialismo. 

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